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miércoles, 1 de diciembre de 2010

La conspiración se despliega

Carlos Angulo Rivas *

Adital -
La congresista republicana, Ileana Ros-Lehtinen, organizó en el Salón de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos una reunión de líderes latinoamericanos de ultraderecha, algunos fascistas declarados y otros, terroristas notorios, protegidos por la CIA. A este cónclave celebrado en Washington los días 17 y18 de noviembre último asistieron también un grupo de ex funcionarios del gobierno de George W. Bush y varios congresistas republicanos. Nada tendría de particular esta junta de aliados íntimos de ultraderecha, si no fuera porque ahí elaboraron un plan de agresión a las democracias progresistas del continente, afiliadas a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
En este evento de características fanático-fascistas destacaron la embestida y el reguero de amenazas de la citada congresista organizadora contra el presidente Hugo Chávez. El propio nombre del congresillo: "Peligro en los Andes: amenazas a la democracia, derechos humanos y la seguridad interamericana", nos hacen ver las dificultades de percepción de ciertos sectores norteamericanos que todavía creen estar en el período de la neocolonización al sur de sus territorios. Ya el célebre analista norteamericano fallecido, Samuel P. Huntington, en su libro El Choque de las Civilizaciones, elaborado después del fin de la guerra fría, remarcaba para el nuevo orden mundial una definición bastante estrecha, sostenida como eje fundamental de su sapiencia intelectual: "lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para el mundo." Pensamiento que no quedó sólo en los libros, sino que ha sido desarrollado en la política exterior norteamericana en las guerras de Afganistán, Irak, la ex Yugoslavia; y las amenazas a Irán, Corea del Norte y Palestina. Los gobiernos de la Casa Blanca, preocupados de estas agresiones principales de sostén a su hegemonía mundial, no por descuido, dejaron en un segundo plano a los estados latinoamericanos, históricamente considerados de su dependencia, subordinación y posesión. Sin embargo, en los últimos diez años, han surgido movimientos de ruptura con este inaudito tutelaje norteamericano que, exceptuando a Cuba desde 1959, permitió el avasallamiento de los pueblos del continente y las sangrientas dictaduras que se conocen por la negra historia de las torturas, las desapariciones y los asesinatos.
La insolencia del evento, desde el título a sus resoluciones, se inspira en ese desvarío de sectores políticos recalcitrantes y hasta criminales que no ven sino la dominación de la humanidad a través de negros designios violadores de las normas internacionales, de los derechos humanos y el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Y no es una casualidad que estas intenciones de agresión política desestabilizadora y las subsiguientes acciones de provocación real a implementarse, mediante inclusive prácticas criminales sangrientas, se den precisamente cuando las fuerzas republicanas en la Cámara de Representantes han recuperado la mayoría en las elecciones del pasado 2 de noviembre. El pronunciamiento fundamental de la reunión celebrada, coincidente con el expresado por Ileana Ros-Lehtinen, sanciona que en la actualidad "se trata de recuperar el espacio perdido en América Latina" y que "existe un declive de las libertades democráticas en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua." En conclusión, la conspiración está dirigida a la destrucción de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - ALBA, el proyecto integracionista que lleva en sus propósitos un modelo más allá de una relación meramente comercial y financiera; y cuyos objetivos se enfocan esencialmente en la solidaridad, el respeto a la soberanía, la paz, la justicia social y la equidad.
Por la larga experiencia de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, los estados y los pueblos progresistas deben estar en alerta "roja" ante las acciones y las amenazas desestabilizadoras de la ultraderecha internacional que llegan, como se ha visto, hasta el derrocamiento de gobiernos constitucionales como el de Honduras, el de Hugo Chávez por 48 horas en el 2002, y los intentos golpistas en Ecuador y Bolivia. Se conocen las actividades y las conductas de la oligarquía continental dueña de los medios de producción y de la gran prensa, la TV, las radios y los periódicos, dispuesta a crear la intranquilidad, la zozobra y el caos, mediante la agitación, los actos de violencia y el odio. Justamente, la reciente divulgación por el grupo Wikileaks de los documentos secretos de más 270 embajadas, consulados y misiones diplomáticas de EE.UU. en todo el mundo, nos dan una idea cabal del espionaje internacional y de las maniobras ilegales de intervenir en los asuntos nacionales internos de otros estados; tanto así que en defensa de esta violación del derecho y el ordenamiento mundial, el representante republicano Peter King ha pedido al gobierno de Obama que se investigue a Wikileaks para sumarla a la lista de organizaciones que Washington considera como "terroristas".
Ros-Lehtinen, no contenta con sus agresiones verbales contra los estados integrantes del grupo ALBA, hizo un llamado para que el gobierno norteamericano convoque a sus socios cercanos de América Latina a fin cooperen con la desestabilización de la región: "Estados Unidos debe trabajar de cerca con nuestros socios responsables para enfrentar este azote," se refirió seguro, la legisladora, aparte de Centroamérica, Chile, Perú y Colombia. Felizmente, el presidente Hugo Chávez ha sido muy claro llamando a "un acto de Estado en contra del fascismo, terrorismo y amenazas que se lanzaron abiertamente contra el ALBA y Venezuela en general." No cabe duda existe la urgencia de fortalecer los lazos de la unidad latinoamericana en defensa de los avances logrados por las fuerzas del cambio en el continente; ALBA tiene una misión política en esta unidad, sin embargo, como destacó el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en la reciente reunión de Georgetown, capital de Guyana, también UNASUR tiene la tarea de "bajar las tensiones generadas entre países hermanos y construir un referente internacional a través del diálogo y la concertación como son los principios del bloque de integración." Destacó, asimismo, la necesidad de "enfrentar los retos con soberanía y justicia" a escala internacional, afirmando que "UNASUR es un espacio soberano de paz, donde no habrá cabida para manifestaciones hostiles ni de armas."
No será la primera vez en que sectores de ultraderecha norteamericanos exijan a su gobierno acciones ilegales y golpistas, tampoco será la primera vez en que Washington juzgue a los gobiernos independientes de la región como factores de amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos; la historia ha demostrado que los intereses norteamericanos están por encima de la democracia pregonada como modelo, pues si la orientación de los gobiernos, legítimamente elegidos, cambia hacia lo social en la perspectiva de la eliminación de la pobreza y el rescate del ser humano a través de la educación, la salud y la alimentación, la democracia no sirve. El éxito en esa dirección no se perdona, ya que la "seguridad" de Estados Unidos se fundamenta en el control de las economías de la mayoría de los países del mundo, en la teoría de Samuel P. Huntington y, por sobreentendido, en las de América Latina como su "patio trasero." La democracia verdadera es un peligro para cualquier grupo oligárquico en el poder y si en el despertar de los pueblos se convierte en participativa, el peligro para los intereses capitalistas hegemónicos, usureros y especulativos, se multiplica.


* Poeta y escritor peruano residente en Canadá



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