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lunes, 28 de enero de 2013

Mensaje del Presidente Chávez a la Celac





A continuación el texto íntegro de la carta que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela le escribió a los asistentes a la CELAC y que fue leída por el vicepresidente Nicolás Maduro en dicha reunión

28/01/2013.


 MENSAJE DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA HUGO CHÁVEZ FRÍAS A LA  CUMBRE DE LA COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS

Hermanas y hermanos:

En nombre del Pueblo de Venezuela, reciban un fervoroso saludo bolivariano junto con el vivo testimonio de hermandad hacia cada uno de los Pueblos de la Patria Grande. En realidad y en verdad, lamento no poder acudir a esta cita en Santiago de Chile. Como es del conocimiento de todas y todos ustedes, desde diciembre del año pasado estoy batallando nuevamente por mi salud en la Cuba revolucionaria y hermana. Por eso, estas líneas son la manera de hacerme presente en esta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños; son la manera de reafirmar, hoy más que nunca, el compromiso vivo y activo de Venezuela con la causa histórica de la Unión.

Imposible no sentir a Simón Bolívar palpitando entre nosotros en esta Cumbre de la Unidad. Imposible no evocar a Pablo Neruda, a Pablo de Chile y de América, en esta tierra y en este presente de Patria Grande del que estamos hechos: Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos./ La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,/ de nuestra joven sangre venida de tu sangre/ saldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos.

Bolívar, siempre Bolívar. En este 2013 estamos conmemorando el Bicentenario de la Campaña Admirable: 200 años de aquella prodigiosa gesta bolivariana. El 14 de mayo de 1813 un Ejército de neogranadinos y venezolanos partió desde Cúcuta al mando del entonces Brigadier Simón Bolívar, avanzando con una prodigiosa rapidez, combatió y venció en Niquitao, Los Horcones y Taguanes para liberar el centro y el occidente de Venezuela, entrando triunfalmente el 6 de agosto de aquel año de gloria en Caracas. La victoria militar de los patriotas tuvo una trascendente consecuencia política: el nacimiento de la II República de Venezuela.

Por eso con un recuerdo vivo, quiero compartir con ustedes una certeza: gracias a la CELAC ya nos vamos pareciendo a todo lo que una vez fuimos y a todo lo que quisimos ser pero nos fue arrebatado; nos vamos pareciendo a la Pachamama, a la cintura cósmica del Sur, a la reina de las Naciones y la madre de las Repúblicas.

El espíritu de la unidad ha vuelto con toda su fuerza; es el espíritu de nuestros Libertadores y Libertadoras que ha reencarnado en los Pueblos de Nuestra América Latino Caribeña; es el espíritu en el que confluyen muchas voces para hablar con una sola voz. Fue el entrañable espíritu de la Cumbre de América Latina y del Caribe que le dio nacimiento a la CELAC en Caracas; es el entrañable espíritu de esta Cumbre en Santiago de Chile.

Desde aquel diciembre de 2011, cuando fundamos en Caracas la CELAC, los acontecimientos mundiales no han hecho más que ratificar la extraordinaria importancia del gran paso hacia adelante que dimos. Ahí está la crisis golpeando a EEUU y a Europa y arrojando a la miseria a miles de seres humanos. Miles de mujeres, hombres, niñas y niños han perdido sus casas, sus empleos, su seguridad social, sus más elementales derechos. Mientras que EEUU y Europa, parafraseo al eminente filósofo Ernesto Laclau, están cometiendo un suicidio colectivo, nosotros estamos capeando el temporal, y lo vamos a capear definitivamente. Somos, hoy por hoy, ejemplo para el mundo de unidad en la diversidad, en función de la justicia, el bienestar social y la felicidad.

A un año y casi dos meses de su constitución en Caracas, la CELAC ha sabido plantarse con un carácter y una personalidad bien definidas, lejos de cualquier dictamen o pretensión ajena a sus principios y postulados. Hoy más que nunca podemos decir que cuando afirmamos que hemos reemprendido real y verdaderamente El Camino De Nuestros Libertadores, lema que identifica a esta Comunidad, no estábamos haciendo una retórica y vana declaración. Ahora bien, tan trascendente lema exige que lo llenemos cada día de más y más contenido histórico, político, económico y social.

Por eso hoy ratificamos la denuncia y la condena del vergonzoso bloqueo imperial a la Cuba martiana y revolucionaria; la continua colonización y, ahora, la militarización progresiva de las Islas Malvinas, ambos hechos son violatorios de todas las resoluciones que ha emitido ONU para salvaguardar los derechos de los Pueblos cubano y argentino, pero sin voluntad alguna de parte de este organismo supranacional para hacerlas cumplir. La justicia está incontestablemente del lado de Cuba y de la Argentina. Si somos una Nación de Repúblicas, nuestra soberanía es la de toda la Patria Grande, y debemos hacerla respetar.

Cuando resuena el fúnebre sonido de los tambores de la guerra en el mundo, cuánto valor tiene que los Estados de América Latina y el Caribe estemos creando una zona de paz donde se respete celosamente el derecho internacional y se reivindique la solución política y negociada de los conflictos. Tenemos el deber de anteponer a la lógica de la guerra una cultura de la paz, sustentada en la justicia y en la igualdad.

La CELAC es el proyecto de unión política, económica, cultural y social más importante de nuestra historia contemporánea. Tenemos todo el derecho de sentirnos orgullosos: la Nación de Repúblicas, como la llamaba el Libertador Simón Bolívar, ha comenzado a perfilarse como una hermosa y feliz realidad.

Cómo no recordar, otra vez, la voz de Neruda cuando nos dice desde su memorable poema Alturas de Machu Picchu: Sube a nacer conmigo, hermano. Subamos, hermanas y hermanos, porque ha llegado la hora de nacer de nuevo, con toda la memoria y todo el porvenir iluminando el presente.

Los sagrados propósitos, las relaciones fraternas, y los intereses comunes que unen entre sí a las Repúblicas de Nuestra América Latino Caribeña, tienen en la CELAC una base fundamental no sólo para garantizar la estabilidad de los Gobiernos que nuestros Pueblos se han dado, sino la soberanía y, digámoslo con Jorge Luis Borges, la perpetuidad de cada una de nuestras Patrias.

Largo y difícil ha sido nuestro común transitar desde que nos enfrentamos al imperio español en el siglo XIX. Y la lucha por la Independencia, la lucha que hoy continúa, estuvo ligada indisolublemente ligada, en el pensamiento y la acción de nuestros Libertadores y Libertadoras, a la lucha por la unidad; por la construcción de la Patria Grande sobre los más sólidos cimientos. Recordemos a Bolívar: Una sola debe ser la patria de todos los americanos, ya que en todo hemos tenido una perfecta unidad. Pero las oligarquías le cerraron el paso al proyecto histórico unitario, y el costo todavía lo estamos pagando. Tiene razón el escritor argentino Norberto Galasso: Lo que pudo ser la victoria de la Patria Grande se convirtió en las veinte derrotas de las patrias chicas. Esta historia no debe repetirse. Pongo toda mi convicción al reiterar unas palabras que dije en Caracas el histórico 2 de diciembre de 2011 al nacer la CELAC: ¡O somos una Patria, o no seremos Patria! ¡O hacemos la única Patria Grande, o no habrá Patria para nadie en estas tierras!

Cómo no reconocernos en estas palabras que el Libertador Bernardo O'Higgins, el gran discípulo del inmenso Francisco de Miranda, le escribiera a Bolívar en 1818: La causa que defiende Chile es la misma en que se hallan comprometidos Buenos Aires, la Nueva Granada, México y Venezuela, o, mejor diríamos, es la de todo el continente de Colombia.

Todo cuanto hagamos por la unidad no sólo estará justificado por la historia sino que además se convertirá en el más luminoso legado que podamos dejarles a las nuevas generaciones. Igualmente, estaremos honrando activamente la memoria de nuestros Libertadores y Libertadoras. En la CELAC, como quería Bolívar, hemos vuelto a ser una sola Patria.

Quiero evocar con ustedes unas palabras del sabio Andrés Bello, tan entrañablemente chileno como venezolano, quien no sólo fue el pionero del Derecho Internacional en Nuestra América, sino, también, el primer jurista en el mundo en darle cuerpo doctrinal a los organismos multilaterales de integración y unidad. Desde el siglo XIX, este gran forjador de nuestra Independencia intelectual nos sigue marcando el camino: La tendencia del siglo que vivimos es a multiplicar los puntos de contacto entre los pueblos, a unirlos, a fraternizarlos, a hacer de todo el género humano una sola familia. Resistir esa tendencia es descender en la escala de la civilización. Mi convicción es que la tendencia del siglo XXI debe ser la misma que la enunciada, con tanta lucidez, por Bello.

La gran política tiene en la CELAC un sólido espacio para su realización. Se ha puesto elocuentemente de manifiesto que Nuestra América Latino Caribeña es capaz de verse y pensarse a sí misma y al mundo con plena autonomía, y de actuar conjuntamente.

La gran política supone un aprendizaje permanente: es aprender a convivir con nuestras diferencias, aceptarlas y procesarlas, buscando siempre la mejor manera de complementarnos. La gran política impide que la intriga nos divida. No olvidemos aquella dolorosa advertencia de Bolívar: Más hace un intrigante en un día que cien hombres de bien en un mes.

Pero estoy persuadido de que, en esta hora estelar de nuestra historia, fracasarán quienes intenten desviarnos; que prevalecerá, lo digo con Bolívar, el bien inestimable de la unión; que el monroísmo desaparecerá definitivamente como instrumento de opresión, dominación y desunión en este lado del mundo.

Estas iluminadoras palabras, en una línea claramente bolivariana, del gran pensador argentino Jorge Abelardo Ramos en su Historia de la Nación Latinoamericana (1968), deben llamarnos a la reflexión: El subdesarrollo como dicen ahora los técnicos o científicos sociales, no posee un carácter puramente económico o productivo. Reviste un sentido intensamente histórico. Es el fruto de la fragmentación latinoamericana. Lo que ocurre, en síntesis, es que existe una cuestión nacional sin resolver. América Latina no se encuentra dividida porque es "subdesarrollada" sino que es "subdesarrollada" porque está dividida. El subdesarrollo es hijo de la división, y, por eso mismo, es decisivo resolver la cuestión nacional nuestroamericana en los próximos años. Hoy contamos con todas las condiciones objetivas y subjetivas para hacerlo.

Queridos hermanos y hermanas:

Me voy a detener brevemente en algunos puntos de la agenda de la CELAC. Dejo otros por fuera para no alargar más este mensaje.

Pienso que es del todo decisivo darle el más riguroso cumplimiento a dos grandes compromisos sociales, incluidos dentro del Plan de Acción de Caracas, para que la CELAC tenga valor de existencia para nuestros Pueblos: hablo del desarrollo del Programa Latinoamericano y Caribeño de Alfabetización y del Programa Latinoamericano y Caribeño de Erradicación del Hambre.

La única respuesta a la crisis que han encontrado los países del Primer Mundo ha sido el recorte del gasto social y de la inversión pública. Desde la CELAC, nosotros podemos sostener el crecimiento económico con una fuerte inversión social, acordando una agenda común para la igualdad y para el reconocimiento al derecho universal que tiene cada uno de nuestros ciudadanos, sin exclusión, a recibir salud y educación gratuitas.

Igualmente, urge consensuar acuerdos que nos permitan crear y llevar adelante una agenda energética común. Contamos con una fortaleza, de entrada, para enfrentar el panorama extremo de un mundo donde las fuentes energéticas tienen sus días contados. Ingentes son los recursos de la región: sólo tenemos que crear políticas adecuadas que estén a la altura de los dones que la naturaleza nos ha prodigado. Allí está la experiencia exitosa de PETROCARIBE para demostrar que sí es posible construir una alianza energética con base en la reciprocidad.

Quiero parafrasear a Bolívar: lo que hemos hecho es apenas un preludio de la gran tarea a cumplir para consolidar a nuestra CELAC. Nunca antes habíamos contado con un escenario tan apropiado. Multipliquemos los efectos sensibles y los esfuerzos bien dirigidos, lo digo con Bolívar, para convertir a la CELAC en centro de irradiación del nuevo sistema de unión de los países de América Latina y el Caribe.

Queridos Jefes de Estado y de Gobierno:

Nos hemos comprometido en darle todo el apoyo a Cuba que ocupa, a partir de esta Cumbre de Santiago, la Presidencia Pro Témpore de nuestra Comunidad. Es un acto de justicia luego de más 50 años de resistencia al criminal bloqueo imperial. América Latina y el Caribe le están diciendo a Estados Unidos con una sola voz que todos los intentos por aislar a Cuba han fracasado y fracasarán.

Quiso el azar, y así quedara en la historia, que precisamente el día de hoy, en que Cuba asume la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, se conmemoren 160 años del nacimiento del apóstol de la independencia Cubana, y uno de los más grandes bolivarianos de todos los tiempos: José Martí.

Sus proféticas palabras aun resuenan: "pueblo y no pueblos, decimos de intento, por no parecernos que hay más que uno del bravo a la Patagonia. Una ha de ser, pues que lo es. América, aun cuando no quisiera serlo; y los hermanos que pelean, juntos al cabo de una colosal nación espiritual, se amarán luego."

Ha llegado el tiempo de ese amor de Martí, de ese amor de Bolívar, el amor nuestroamericano.

Por eso, desde mi corazón bolivariano, hago votos por el rotundo éxito de esta Cumbre de la CELAC. Aquí en La Habana estaré pendiente de su desarrollo. Con toda la luz de la Patria Grande que irradia hoy con más fuerza en Santiago de Chile, vaya un infinito y fraterno abrazo para todas y todos.

Hugo Chávez Frías

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

¡Hasta la Victoria Siempre!

¡Que Viva la Unión de Nuestros Pueblos. Que Viva la CELAC!

Por Ciudad CCS

lunes, 14 de enero de 2013

AQUÍ, DESMONTANDO LO MONTADO .....CIERREN GLOBOVISION Y CONTROLEN REDES SOCIALES






Por Deytsy Gonzalez Montero



ANOCHE ME DESVELÉ, PENSANDO Y PENSANDO Y PENSANDO, SOBRE LA SITUACIÓN DE MI PAÍS, LA REAL Y LA CREADA POR REDES Y MEDIOS PRIVADOS PAGADOS POR EL IMPERIALISMO EUROPEO Y NORTEAMERICANO.

ES TRISTE QUE A PESAR DE ESTAR CONSCIENTE DE TODO LO MARAVILLOSO LOGRADO POR EL PRESIDENTE CHAVEZ EXISTAN PERSONAS SIN CAPACIDAD MONETARIA PARA LLAMARLOS MILLONARIOS,PERSONAS QUE SOLO VIVEN DE LA APARIENCIA CREADA POR LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, CREERSE RICO CUANDO NO LO SON NI DE DINERO NI DE ALMA, PERSONAS QUE SE BENEFICIAN DE LAS MISIONES, QUE VAN A MERCAL, QUE TIENEN SUS CRÉDITOS DE BANCOS PÚBLICOS, QUE VIAJAN CON SUS CUPOS DE CADIVI, QUE AHORA CONOCEN A VENEZUELA POR EXISTIR PRECIOS SOLIDARIOS EN ACTIVIDADES TURÍSTICAS, QUE AHORA NO SE CANCELA MATRICULA PARA QUE TUS HIJOS ESTUDIEN Y DE PASO LE DAN SU CANAIMITA Y LA ALIMENTACIÓN ADECUADA DENTRO DEL PLANTEL PARA UN MAYOR RENDIMIENTO EN EL ASPECTO EDUCATIVO, QUE VAN CADA NAVIDAD A COMPRAR SU PERNIL DESHUESADO PARA CELEBRAR LA NOCHE BUENA, QUE SE SIENTE MAS SEGURO AL ANDAR POR LAS CALLES A PESAR DE QUE LOS MEDIOS VOCIFERAN QUE ES EL PAÍS MAS INSEGURO DEL MUNDO, QUE NO EXISTEN PERIODISTAS NI PRESOS NI DESAPARECIDOS A PESAR DE NO HABER LIBERTAD DE EXPRESIÓN,QUE VIAJAN EN METRO, METROCABLE Y FERROCARRIL, QUE CADA FIN DE SEMANA SE VAN DE PASEO A NUESTRAS PLAYAS Y MONTAÑAS CUANDO ANTES NO LO PODÍAN HACER.

PARECE QUE ESTA VEZ EL GOLPE ES VIRTUAL....MIENTRAS GLOBOVISION Y LAS REDES COMUNICAN UNA SITUACIÓN CASI DE GUERRA EN EL PAÍS, ESTE CONTINÚA SU DÍA A DÍA CON TRANQUILIDAD Y PROGRESO, MIENTRAS POR REDES SE HABLA DE UN PRESIDENTE FALLECIDO, LA REALIDAD ES QUE NUESTRO PRESIDENTE SIGUE LUCHANDO POR LA VIDA, POR LA VIDA, POR LA VIDA... LUEGO DE PENSAR Y PENSAR Y PENSAR HE LLEGADO A LA CONCLUSIÓN QUE LA SOLUCIÓN A TANTOS MISERABLES ATAQUES VIRTUALES, LO MEJOR SERÍA QUE.... .CIERREN GLOBOVISION Y CONTROLEN REDES SOCIALES
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sábado, 5 de enero de 2013

EL ARTÍCULO 231 DE NUESTRA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA




 Por Ivanovich Arretureta 





Repasemos los hechos. Hugo Chávez fue reelecto para el cargo de Presidente de la República el pasado 7 de octubre de 2012, para el período 2013-2019, o sea, el período presidencial de seis años, según señala el artículo 230 de la Constitución.
Es en este punto donde entra el artículo 231 de la Constitución, tantas veces citado en los últimos días. No está de más recordar su contenido: el candidato elegido –dispone la norma- tomará posesión del cargo de Presidente el 10 de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia.
El artículo 231 dice muchas cosas, pero hay al menos un problema que no resuelve: qué pasa si el 10 de enero el candidato elegido no toma posesión ante la Asamblea Nacional. Este vacío supuesto constitucional (lo que los profesores llamamos “lagunas”), es lo que ha dado pie a la tertulia constitucional de la cual hoy me ocupo.
Releyendo el artículo 231 de la Constitución
Una de las objeciones que tengo a muchas de las explicaciones que he visto, es que parten de una interpretación literal del artículo 231 de la Constitución, lo cual no es necesariamente la mejor técnica de interpretación constitucional. Leer la Constitución es, en efecto, tarea difícil y delicada, pues las normas constitucionales suelen ser normas concentradas, que encierran un conjunto de principios y valores que deben ser tenidos en cuenta al momento de interpretar su sentido y alcance.
Me aclaro: no es que la interpretación literal de la Constitución debe ser descartada. Tampoco me inclino por la tesis que ve, en la Constitución, una norma flexible y elástica. La Constitución, toda ella, tiene carácter normativo, o sea, establece reglas de conductas que deben interpretarse en el conjunto de la Constitución, pero sin desvirtuar su sentido, en reinterpretaciones que terminan creando una suerte de Constitución paralela.
En resumen, el artículo 231 de la Constitución no puede ser leído en abstracto, sino atendiendo a la interpretación integral de la Constitución, teniendo en cuenta tres principios sobre los que luego me referiré: la preservación de la voluntad popular; la continuidad de los Poderes Públicos, y el carácter temporal del período presidencial.
El origen de las discordias
Decía antes que el origen de las dudas (¿o más bien discordias?) es que ´la pregunta que todos se hacen no encuentra respuesta en el artículo 231 de la Constitución. Primero, pues esa norma nada dice sobre la consecuencia de la falta de juramentación. Segundo –y esto es muy importante- pues el artículo 231 de la Constitución no fue escrito pensando un caso de reelección presidencial, como el presente.
En efecto, si volvemos atrás, podremos releer que el artículo 231 constitucional se refiere al “candidato elegido”, o sea, el candidato elegido en sufragio directo, universal y secreto. Algunas de las dudas formuladas se presentan pues Hugo Chávez no es sólo candidato elegido: es también Presidente en ejercicio. Ello ha dado pie, como veremos, a más de un equívoco.
Aclarando los conceptos: presidente electo, presidente en ejercicio, falta absoluta, falta temporal.
Llegados a este punto, debemos hacer un necesario ejercicio de depuración conceptual, lo que nos llevará no sólo al artículo 231, sino a otras normas de la Constitución cuya interpretación es necesaria para tratar de entender qué va a pasar el 10 de enero.
El primer concepto es el de Presidente electo, que coincide con el concepto de “candidato elegido”, ya tratado. El Presidente electo es, como su nombre lo indica, el candidato que fue electo para tal cargo pero que todavía no ha tomado posesión del cargo. El artículo 233 de la Constitución alude a ese término cuando regula las faltas absolutas.
El Presidente en ejercicio es aquel que, habiendo sido electo, tomó posesión del cargo. Esto quiere decir que el Presidente electo pasa a ser Presidente en ejercicio cuando toma posesión del cargo de acuerdo con el artículo 231, tantas veces citado.
Ahora vayamos a las faltas. La Constitución regula dos tipos de falta: absolutas y temporales. Las faltas absolutas se numeran en el artículo 233: muerte, renuncia, destitución acordada por decisión del Tribunal Supremo, incapacidad física o mental permanente declarada por junta médica designada por el Tribunal y aprobada por Asamblea, abandono del cargo declarado por la Asamblea y revocatoria popular del mandato.
Como se ve, las causas de falta absoluta son precisas y taxativas. Esto quiere decir que las faltas absolutas son sólo las que enumera el artículo 233, y ninguna otra distinta. Esto es así pues la falta absoluta es una circunstancia excepcional que implica la terminación de un mandato popular.
Por ello la Constitución se encarga además de las consecuencias de esa falta, según el momento en el que se produce: (i) si la falta absoluta afecta al Presidente electo (o sea, del candidato elegido que no ha tomado posesión), asumirá la Presidencia el Presidente de la Asamblea Nacional hasta que se realice una nueva elección en el plazo de treinta días dispuesto en la Constitución; (ii) si la falta absoluta afecta al Presidente en ejercicio durante los cuatro primeros años de su período, asumirá la Presidencia el Vicepresidente, hasta la convocatoria a nueva elección, y (iii) si la falta absoluta afecta al Presidente en ejercicio a partir del quinto año del período, asumirá la Presidencia el Vicepresidente hasta culminar ese período (artículo 233).

Distinto es el caso de las faltas temporales. El artículo 234 de la Constitución no enumera cuáles son tales faltas, pues se limita a señalar que la falta temporal (i) será suplida por el Vicepresidente, (ii) hasta por noventa días prorrogables por decisión de la Asamblea Nacional por un lapso igual. Si la falta temporal se prolonga por más de ese lapso, la Asamblea Nacional decidirá por mayoría de sus integrantes si debe considerarse que hay falta absoluta.
Al no haber un listado de faltas temporales, no puede decirse que los supuestos de faltas temporales son taxativos. En mi opinión, las faltas temporales aluden a cualquier condición de hecho que impida –temporalmente, valga la redundancia- el ejercicio de la Presidencia.
Una enfermedad, un viaje, cualquier motivo puede llevar al Presidente a separarse temporalmente del cargo, con lo cual no se requiere cumplir ninguna formalidad. La única formalidad aplica, como vimos, cuando la falta se extiende por más de noventa días.
A la vista, parece ser un sistema completo y complejo. Pero si volvemos a leer estas normas, podremos ver que no se trata de un sistema tan completo, pues hay al menos un punto que la Constitución no resolvió: qué pasa si hay ausencia temporal del Presidente electo. Tal es el origen de las amplias discusiones que han ocupado a muchos venezolanos en estos días.
Si el Presidente electo no se juramenta el 10 de enero….
Ya podemos abordar directamente el problema y dar así nuestra interpretación. Hay dos causas bajo las cuales el Presidente electo puede no juramentarse: o por mediar causal de ausencia absoluta o por mediar causal de ausencia temporal. Si el Presidente electo no se juramenta el 10 de enero, por una de las causales taxativas de ausencia absoluta, entonces, deberá procederse como dispone el artículo 233: asumirá el Presidente de la Asamblea hasta la convocatoria de elecciones.
Pero el Presidente electo puede ausentarse el 10 de enero por cualquier otra razón distinta a las causas de ausencia absoluta que el artículo 233 enumera taxativamente, lo que sería un supuesto de ausencia temporal: desde una enfermedad, hasta un simple percance operativo que le impide arribar el 10. Ciertamente, pueden ser varias de las causas que, sin ser una causal de ausencia absoluta, impidan al Presidente electo tomar posesión.
Ante este problema (la pregunta que todos se hacen), debemos examinar todas las hipótesis posibles, para descartar aquellas que resultan contrarias a la Constitución, lo que nos permitirá arribar a la única solución que, guste o no, es la que resulta conforme con la Constitución. Trataré de seguir, aquí, todas las tesis que he podido leer en la tertulia constitucional de los últimos días.
Primera hipótesis: si el Presidente electo no se juramenta el 10 de enero hay una ausencia absoluta.

Esta tesis ha sido asomada: la falta de juramentación produciría una ausencia absoluta del Presidente electo. No estoy de acuerdo con esta interpretación, pues viola uno de los principios a los que antes hice referencia: la soberanía popular. El Presidente Hugo Chávez fue electo como Presidente el 7 de octubre y esa decisión debe ser respetada. La ausencia absoluta, al implicar el desconocimiento de la voluntad popular, debe responder a las causales taxativas de la Constitución. Y la Constitución no establece como causal de ausencia absoluta la falta de juramentación. Luego, esta hipótesis debe descartarse.
Segunda hipótesis: si el Presidente electo no se juramenta el 10 de enero se prorroga el mandato presidencial, pues no, el mandato es por seis años.
Tercera hipótesis: si el Presidente electo no se juramenta el 10 de enero asume el Vicepresidente.
Para muchos, si el 10 de enero no se juramenta el Presidente electo, asumirá la Presidencia el Vicepresidente actual, no, si se da el caso, entonces se estaría violentando la Constitución.
Cuarta hipótesis: si el Presidente electo no se juramenta el 10 de enero se juramentará después antes el Tribunal Supremo.
De acuerdo con esta tesis, la fecha del 10 de enero rige sólo para la juramentación ante la Asamblea. Pero si la juramentación es ante el Tribunal, entonces, podrá juramentarse cualquier otro día y esto no implicaría prorrogar el mandato presidencial.
Quinta hipótesis: la juramentación se efectúa en el exterior
Si el Presidente no va a la Asamblea, la Asamblea va al Presidente. O va el Tribunal. De acuerdo con esta hipótesis, la juramentación podría efectuarse en el extranjero, dada la convalecencia del Presidente de la República en ejercicio y electo. Para ello se trasladaría la Asamblea Nacional (Comisión designada a tal fin) o incluso, los propios Magistrados del Tribunal. Esta tesis se apoya en una lectura literal del citado artículo 231, que no aclara que la juramentación debe efectuarse en Venezuela.
Si se acoge esa interpretación, lo mismo daría entonces que el Presidente se juramentase por teleconferencia, por Skype o cualquier otro método. Tal amplitud vacía de contenido a la Constitución, y convierte la juramentación en un acto totalmente maleable.
El artículo 231 no aclara que la juramentación debe hacerse en Venezuela, recordemos que todas las Embajadas Venezolanas son territorio nuestro de acuerdo al Derecho Internacional (Estado presente en otro estado).
Sexta hipótesis: si el Presidente electo no se juramenta el 10 de enero, hay una ausencia temporal que debe ser suplida por el Presidente de la Asamblea Nacional, no está contemplado en nuestra Constitución.

Al resolver sus casos, Sherlock Holmes empleaba un método que recomiendo a mis alumnos: eliminen toda solución imposible, o en nuestro caso, toda solución contraria a Derecho. La solución que queda, conveniente o no, es la solución ajustada a Derecho.
Hasta ahora sabemos que si el Presidente electo no se juramenta el 10 de enero, no hay falta absoluta (o sea, no pierde su condición de Presidente electo); no se prorroga el período presidencial; no puede asumir el Vicepresidente, pero si el TSJ tiene la potestad de juramentarlo, pero la CRBV en su artículo 231, no dice donde, en cuanto al cuando, no establece fecha.
Respondiendo posibles críticas
Tan crispada ha sido la tertulia constitucional sobre el 10 de enero, que seguramente la solución que aquí asomo no será del agrado de todos, y podrá levantar más de una crítica un tanto airada. Hago mía la expresión de Manuel Caballero: no escribo para complacer, sino para entender mejor la realidad que me rodea.
Los venezolanos debemos entender que la Constitución es una norma jurídica que forma parte de un sistema con principios y valores ciertos, no un texto que podemos manipular según la conveniencia de cada caso. Muchos de nuestros problemas como sociedad tienen su origen, precisamente, en esa interpretación elástica de la Constitución.
Dr. Ivanovich Arretureta G.
Profesor de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad